La boca sabe a cenizas...
Cenizas amargas de nostalgia;
Tan individuales, tan solitarias... tan negras...
¿Qué más me queda?
¡JA! sollozar en mis sonrisas;
¿Qué caso tendría un mundo donde deba comprar mis sonrisas?
¿Dónde pida el beneplácito absurdo de que me regalen una sonrisa?
Que absurda puede ser una existencia (¿podría ser más absurda?)
Sin el alegre jolgorio de una sonrisa
Es lo poco que me queda de estar aquí;
Lo diáfano de la hilaridad....hilaridad melancólica...
Las miradas torvas incrementan mi "hilaridad", mi cacofonía... mi abatida angustia....
Creo que no habrá lugar para mí;
¡Orbe desolado!,
Locura intima de mis dolencias...
Como me duele el no ver la cordura entre tanta vesania... ¿Dónde podría verla?
¿O será que, a tal grado de locura, menos sabre sobre mi delirio de cordura?
Solo en estos casos queda reír...
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