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Del todo y de nada... La alusión de un rastro de lo que nos pertenece... O quizás para rayar un poco de lo que queda...

miércoles, 13 de mayo de 2015

El Miedo al Rechazo, Eso Es lo que Te Aqueja.


"Si usted quiere saber
lo que dice una mujer
realmente,
mírela,
no la escuche."

Oscar Wilde.


En un bar no muy lejano...

Acto I

El miedo al rechazo, eso es lo que te aqueja...
La ves y te sientes ansioso por saber que piensa...
o lo que no piensa...
quizás existas en la otra mesa,
quizás seas una mancha entre muchas otras,
pero los pies te pican y tu estómago gorjea a toda máquina,
tu boca sabe a taller de metalurgia
y tus pómulos se encienden con total alerta....

Acto II

Empiezas a detallar sus movimientos,
vez en vez miras para encontrar sus ojos.
Y cuando la encuentras,
te sientes como perro pateado y desterrado...
¡sólo susto e impotencia!
¿A qué le temes realmente? ¿A ser cercano? ¿Es que ya no lo somos?
El miedo al rechazo, eso es lo que te aqueja.

Acto III

Como cabalgata heroica,
recuerdas tus rechazos,
y te suena en la cabeza todas las lacrimógenas baladas,
pasan por tus ojos escenas, clichés, valquirias y amazonas,
pero nada que energice tu ímpetu...
El miedo al rechazo, eso es lo que te aqueja.

Acto IV

A falta de excusa para acercarte,
te imaginas los actos más descabellados,
formulas teorías y ecuaciones de proximidad,
pero siempre te falta lo más importante,
las tijeras de tu mortaja y el coraje que moje tus pantalones...
El miedo al rechazo, eso es lo que te aqueja.

Acto V

 
¿Y qué hay de malo en el miedo?
¿Vulnerabilidad, desnudez, decrepitud, estupidez, zafiedad, soledad?
Se sentencia por ahí que todos tenemos miedo,
pero el tuyo te cuelga de la piel, te ata y hiede...
El miedo al rechazo, eso es lo que te aqueja.

Acto VI

E imaginas... ¡caen pensamientos ante ti!
Y te desmoronas, con el ansia conjugada en dolor e instinto,
de que quedará al descubierto un tesoro misterioso,
donde te imaginas un porvenir tortuoso porque, de nuevo,
es el miedo al rechazo, eso es lo que te aqueja...

Acto VII

 
Y si la historia no se completa,
dejemos que suceda algo,
¡que pase lo que tenga que pasar!
cortate la piel y desnudate ante ella,
espera el golpe, porque,
el miedo al rechazo eso es lo que te desespera...

Acto final.

¿Y para que tanto miedo?
Te cuenta que tiene novio, es vidente, lesbiana y ama el soniquete,
Te cuenta que es feminista, católica y odia lo estúpidamente apolíneo de tu cortesía,
Te cuenta que está casada, con hijos y le generas desprecio,
Te cuenta que está entre la misandria y el vedetismo...
¿Acaso importa el orden?
Suena cómico ahora cuando te suelta una anécdota,
luego un porcentaje
y te echa a la tortura de un último oxímoron...
tu bilis se riega,
¡gracias!, dices, no lo sabías...
ahora estás estampado por un tacón
(eso hubiera sido más benevolente desde un inicio)...
y si, después de todo, era el miedo al rechazo el único que te aquejaba,
ahora es el rechazo mismo, ¡confirmado!, lo único que padeces...


A.A.K.

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