He soñado contigo anoche...
Soñaba con un lugar sin fin,
Con un lugar donde el ensueño no acaba...
Donde la ilusión del del desespero es tan solo un conato
De inocencia,
De salvedad,
De incertidumbre...
Soñaba contigo sumergido en un profundo regaño,
El por qué no recuerda el cómo,
Ni recuerdo el causante,...
Ni el catalítico desdén de la explosión,
Solo recurso tus labios furiosos sobre mi palabra.
Yo, por otro lado, sólo admitía el regaño asintiendo;
Como niño inerme, escondía míos ojos de los tuyos,
Con una sonrisa en el rostro,
Y tu mirada enigmática,
Quemaba todo lo que tocaba al descubrir mi sonrisa.
¡Te susurraba que mi sonrisa era por el color del regaño!
¡Tal como era!
Sin embargo tus palabras cercenaban las mías,
Tu piedad no estaba presente, ante tus voluptuosos labios
Blasfemando por mi yerro...
Yerro que nunca conocí...
Mi sonrisas crecía y crecía,
hasta que finalmente me preguntaste por ello,
Te respondí que me sentía feliz de tenerte en mis sueños...
¡Aunque sea con un jalón de orejas!...
Luego el sonoro y perturbante sonido del amanecer
Me quitó mi sonrisa, tu presencia, tus labios...
Mi mañana soleada estuvo ausente, vacía y vacilante...
Sin regaños...
Solo quiero que sepas que he soñado contigo anoche...
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