"El patriotismo es la virtud de los depravados"
Oscar Wilde.
Temor, muerte y sangre
Recorren los rincones sin clamor,
Mientras el Magdalena arde
El fervor será todo menor fervor.
Entre fuego y carne das tu ser
Cuando los límites se van a caer;
Pero, ¿acaso no ves que tras de él,
Todo corroe las paredes ya sin piel?
No tiene caso luchar,
No vale la pena gritar,
Yo seguiré en letargo,
¡Dios profuso! que me hacen amar tanto...
Eres cultivo de ominosos discursos,
Epopeyas estadistas de fulgores combativos,
Trazos circunscritos con sangre
Y, sin tiemble, ¡que vibre la carne!
¡Apatrida!, gritos que evocan el odio
¡Cuatro líneas!, grito que profeso sin decoro,
Subyugante ración que veo sin transfusión
Como cae en pedazos sin consolación
¡Armonía bélica! sinfonía belicosa!
Columpia las mieles de la ignorancia ostentosa
Que, con tu fulgor diáfano guía,
Este maldito país a la guerra que no es mía.
¡Perros de guerra! ¡Comandos de muerte!
Esperen por mi negación desencadenante
Mientras el infierno abre sus puertas
Y mis hermanos caen ante sus ideas lerdas...
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